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La Fundación BBVA, la AEOS y Plena inclusión impulsan la integración y la creatividad de personas con discapacidad a través de la música
La música como instrumento de desarrollo personal y de integración social es el eje central del proyecto Mosaico de sonidos, un programa de la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas (AEOS), Plena inclusión y la Fundación BBVA. Su objetivo es acercar a las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo a la música y ayudarles a descubrir sus posibilidades expresivas, convirtiéndoles en compositores e intérpretes, e integrándoles en una orquesta sinfónica durante un concierto, contribuyendo así a su inclusión social. El proyecto se ha presentado esta mañana en rueda de prensa con la participación de Ana Mateo, presidenta de AEOS; Juan Pérez, vicepresidente de Plena inclusión; Emilio Aragón, compositor; Mikel Cañada, creador y coordinador del proyecto; y Rafael Pardo, director de la Fundación BBVA.
19 octubre, 2015
El programa será desarrollado por catorce orquestas sinfónicas, cada una de las cuales llevará a cabo, a lo largo de 2016, entre seis y diez talleres. En total se han implicado en el proyecto más de doscientos músicos, que trabajarán codo con codo con unas 300 personas con discapacidad. En los conciertos finales participarán más de mil músicos.
La actividad de los talleres se articulará en torno a La flor más grande del mundo, una composición de Emilio Aragón -que ha cedido su uso a este proyecto- y basada en el cuento homónimo del nobel de Literatura José Saramago. “Buscábamos una música que fuera a la vez muy positiva, alegre y fácil de asimilar”, comenta Mikel Cañada, coordinador del proyecto, “y la encontramos en esta obra de Emilio Aragón, un compositor que siempre ha destacado por su sensibilidad social y que se prestó enseguida a colaborar con nosotros”.
El objetivo es trabajar durante los talleres sobre esa obra, “de modo que los participantes desarrollen microcomposiciones que se sumen a la obra original. Se trata de implicarles realmente en el proceso creativo. Al final, cada orquesta contará con una composición nueva, distinta en cada caso según haya sido el devenir de sus talleres: un verdadero y único mosaico de sonidos”.
Entre enero y febrero de 2017 las piezas resultantes se interpretarán en conciertos de abono de temporada. “En primer lugar, no hemos querido que se trate de un concierto extraordinario. La integración social y la visibilidad de estas personas y sus capacidades se logran mejor en un concierto ordinario”, apunta Mikel Cañada. “En escena estarán las personas que han participado en la obra, tocando con la orquesta, integrados en la formación. Algunos usarán instrumentos no convencionales -caja, tubos sonoros que emiten una nota al girarlos o golpearlos-, otros instrumentos sencillos. Su actividad, como es natural, no exige una competencia excesiva, pero hay que hacerlo en el momento preciso y de la manera justa”.
Por otra parte, al ser una música creada a partir de un cuento, hay margen para que cada orquesta trabaje con los participantes una parte actoral, de lectura, de danza, canto o artes plásticas.
“Este proyecto es un mosaico también en su organización: teníamos el propósito de AEOS de coordinarlo, el deseo de las orquestas de implicarse y la ayuda imprescindible de Plena Inclusión; nos faltaba la última pieza que, al encajar, hiciera realidad este proyecto y ha sido el apoyo de la Fundación BBVA”, explica Ana Mateo.
Por su parte, Rafael Pardo, ha destacado que “dado que la Fundación BBVA siempre ha defendido que uno de los valores intrínsecos de la música es que ayuda a configurar la percepción estética y la sensibilidad colectiva, este proyecto nos sirve para poner esos valores al servicio de un bien común tan relevante como es la integración social de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo. Y es un lujo que quienes tomen las riendas del programa y acerquen la música a este colectivo sean los profesionales de nuestras orquestas sinfónicas”.