CONCIERTO
Orillas
Con obras de José Evangelista, Matilde Salvador y Javier Costa
Ciclo TEMPORADA DE MÚSICA 2025
14
MAR
2025
TEMPORADA DE MÚSICA 2025
Orillas
Con obras de José Evangelista, Matilde Salvador y Javier Costa
14 MAR 2025
PROGRAMA
José Evangelista (1943-2023)
Interplay para piano, vibráfono y marimba (14 min)
- Cristal
- Go!
- Cours d’eau
- Tourbillon
Matilde Salvador (1918-2007)
Voces de otra orilla para voz y piano (selección) (9 min)
- Dame la mano
- ¿En dónde tejemos la ronda?
- Una enredadera
- Yo en el fondo del mar
Javier Costa Císcar (1958)
Interplay bis para percusión y piano* (13 min)
- Cristal
- Go! Interplay, go!
- Un autre cours d’eau
- Du tourbillon lontain
José Evangelista
La porte. Monodrama para voz y percusión (selección) (30 min)
Introduction
1er conte
2ème conte
3ème conte
6ème conte
* Estreno absoluto
INTÉRPRETES
NOTAS AL PROGRAMA
Ahora que las distancias son efímeras y las fronteras entre culturas pierden su sentido, la música de compositores como José Evangelista suena cada vez más cercana. A partir del viaje vital de uno de los autores españoles más internacionales de la segunda mitad del siglo XX, el repertorio elegido para este concierto trata de unir los puntos geográficos que marcaron su música. Este programa traza una ruta desde su Mediterráneo natal hasta la ciudad de Montreal, pasando por Java, Bali y Birmania (actualmente Myanmar), mediante la versatilidad de los tres instrumentos que posiblemente mejor resumen su producción camerística: voz, piano y percusión, así como exponiendo su música junto con la de otros autores relacionados de alguna manera con el compositor hispanocanadiense.
La formación inicial de Evangelista estuvo marcada por el arraigo a la tradición popular y la sombra alargada de Falla y Turina en la música española del siglo pasado. Su maestro, Vicente Asencio, le legó el interés por las melodías tradicionales que yacían en antiguos cancioneros de la casa que a menudo visitaba para asistir a las lecciones privadas de composición. El hogar de Asencio y su esposa, la también compositora Matilde Salvador, pronto llegó a ser el suyo propio. Allí conoció a la hija de ambos, Matilde Asencio, con la que años más tarde acabaría casándose. De esta forma se cerró no solo un círculo de relación familiar, sino también una destacada saga de músicos de generaciones y estilos distintos, pero con vínculos estéticos comunes.
El folclore popular reivindicado por Felipe Pedrell, que sirvió de seña de identidad para numerosos compositores españoles, entre ellos Asencio, y que Evangelista aprendió en su etapa de formación, le indicó el camino. Pero su periplo fue mucho más lejano. En 1969, se estableció en la ciudad quebequesa de Montreal para cursar un máster en Composición y, posteriormente, los estudios de doctorado. En 1979, empezaría a enseñar Composición en la Universidad de Montreal, tarea que desarrolló durante treinta años, siendo nombrado profesor emérito de la institución.
Siguiendo los consejos de Luis de Pablo, con quien coincidió en Canadá, su conocimiento de las músicas tradicionales se expandió significativamente a través de sus estudios de las músicas no occidentales, principalmente en países del sureste asiático, como Indonesia y Birmania. Así pues, el interés inicial en la canción popular española y su carácter modal fue virando su eje geográfico, aunque sin variar el enfoque predominante en la línea melódica.
Aparentemente desde las antípodas, los conjuntos de percusiones afinadas del sureste asiático, denominados gamelan, se organizan también mediante una melodía popular que todos los intérpretes ejecutan simultáneamente aunque de forma variada. La heterofonía, un extenso campo transversal en multitud de puntos geográficos distintos del planeta, que comprende este ámbito textural intermedio entre homofonía y polifonía, se convirtió en el objetivo principal de los estudios de Evangelista e impregnó su obra en gran medida.
Las cuatro estampas musicales que conforman Interplay exploran la heterofonía, convertida en sello propio mediante la coloración tímbrica del piano gracias a los instrumentos de láminas. Partiendo de este referente previo, Javier Costa, quién coincidió con Evangelista durante la docencia del compositor hispanocanadiense en los cursos de posgrado impartidos en la Universidad de Valencia, plantea una nueva creación inédita con dicha composición de Evangelista como punto de partida. En Interplay bis, siguiendo este juego de referencias, Costa elabora un discurso musical propio a partir de la idea matriz que es la obra original de Evangelista.
El monodrama para voz y percusión La porte, que cierra el programa, es una de las piezas más representativas y representadas del repertorio de Evangelista. La soprano dramatiza los numerosos personajes de las historias, mientras el percusionista acompaña, dialoga o complementa tímbricamente la voz.
En su país de adopción, Evangelista recibió distintos galardones a lo largo de su carrera, entre los que destacan el homenaje de la Sociedad de Música Contemporánea de Quebec, que incluyó más de cuarenta conciertos durante la temporada 2017-18, y en 2019, el prestigioso Premio Serge-Garant al conjunto de su carrera. El programa que ofrecemos hoy pretende descubrir algunas de sus composiciones poco interpretadas en España, en un intento de divulgar su música en su país natal.
José Evangelista
Interplay para piano, vibráfono y marimba
Durante dos temporadas, de 1993 a 1995, Evangelista ocupó el cargo de compositor en residencia de la Orquesta Sinfónica de Montreal. En la primera de estas temporadas desarrolló diversas ideas para una composición orquestal, Symphonie minute, que se estrenaría finalmente en 1994 bajo la batuta de Charles Dutoit. Algunos de estos apuntes sirvieron como génesis del dúo para piano y percusión Interplay, encargado por la pianista Louise Bessette, intérprete de reconocido prestigio con la que el compositor trabajó estrechamente gran parte de su repertorio pianístico.
En las notas previas y borradores para la composición de la obra que se conservan en el archivo personal de Evangelista, se explicita la intención de agrupar diversos movimientos cortos que evocaran ambientes sonoros bien distintos bajo el denominador común de la heterofonía. Es un interesante ejemplo de la escritura pianística de Evangelista, ampliamente influida por sus estudios de la tradición conocida como «piano birmano». Durante sus estancias en Rangún y Mandalay, Evangelista pudo estudiar de primera mano con el maestro U Ko Ko, virtuoso tanto del piano tradicional birmano como de la pattala, un xilófono propio de este país del sureste asiático.
La primera de las estampas que conforman Interplay en principio estaba relacionada con la resonancia de las campanas. Finalmente su título fue Cristal, pero en él se distingue la aportación metálica de la resonancia del vibráfono como coloración tímbrica de la melodía principal del piano. El segundo movimiento, donde se suceden dos temas contrastantes, experimenta posibilidades rítmicas mediante la descomposición que el piano realiza de los acordes de la marimba. En Cours d’eau, el soliloquio pianístico es sostenido por los redobles en registro grave de la marimba, que prolonga algunas notas por las que la melodía del piano pasa fugazmente. Por último, Tourbillon constituye un tour de force técnico con alusiones al folclore del sur de España, en concreto al cante jondo y a la bulería.
Matilde Salvador
Voces de otra orilla para voz y piano (selección)
Matilde Salvador fue una compositora dotada de una marcada personalidad propia. Desde su juventud, en la que fue también alumna de su futuro marido, Vicente Asencio, se caracterizó por una impronta decidida que incorporaba los vientos que traían las modernidades europeas. En el arduo ambiente cultural de la Valencia de la posguerra, Matilde fue un referente tanto a nivel musical como cultural en su conjunto. La pareja de compositores se relacionó con pintores, escritores y multitud de músicos que se convirtieron en un oasis cultural para la época.
Posiblemente es en la intimidad de las canciones de Salvador donde se puede escuchar su mejor producción musical. Un resultado profundamente personal que emana referencias posimpresionistas y la influencia de Federico Mompou.
Su musicalización de los textos escogidos se distingue por una mimada prosodia y la economía de recursos sonoros. En el ciclo de canciones Voces de otra orilla, la compositora castellonense tiende lazos con destacadas poetisas latinoamericanas. Estas piezas fueron compuestas progresivamente durante los años cuarenta y cincuenta, todas bajo el subtítulo de Homenaje a la poesía femenina de América, para finalmente ser agrupadas con el título definitivo. La elección de poemas de la ganadora del Premio Nobel de Literatura, Gabriela Mistral, junto con los de Juana de Ibarbourou o Alfonsina Storni, demuestran el compromiso de Salvador. Ella misma rompió muchos techos de cristal hasta ser la primera mujer en estrenar una ópera, Vinatea, en el Liceu de Barcelona.
Javier Costa Císcar
Interplay bis para percusión y piano
En palabras del propio Javier Costa, Interplay bis «pretende ser una versión muy libre, una relectura o reinterpretación muy personal de los gestos instrumentales que Evangelista utiliza en su obra Interplay, con la heterofonía como textura musical predominante, utilizando los mismos instrumentos de percusión: vibráfono y marimba junto con el piano». En la obra, que se presenta en estreno absoluto y escrita expresamente para la ocasión, la intertextualidad constituye un potente motor creativo, y así, Costa propone una narración propia a partir de un argumento predeterminado. Siguiendo su marcado estilo personal, Costa coincide en la trascendencia de la línea melódica como organizadora del discurso musical, aunque con procedimientos distintos. La melodía va generando la armonía, a modo de sedimento y de forma aditiva. Se establece así una relación entre el fraseo musical de la melodía en unidades de discurso, que a la par construyen un espectro armónico propio.
Sus cuatro movimientos se relacionan de tú a tú con sus antecesores. Además, el propio autor señala otras autorreferencias, como una reelaboración de material perteneciente a su obra para vibráfono Auras de luz y sombra, o incluso una insinuación del Concierto para marimba y orquesta de Evangelista, con la que se cierra el tercer movimiento. La interacción entre los dos instrumentos también tiene su propia idiosincrasia, ya que establece un diálogo entre el piano y los instrumentos de láminas para confeccionar conjuntamente una línea común.
José Evangelista
La porte. Monodrama para voz y percusión (selección)
«Había una puerta y había un guardián. Desde hacía mucho tiempo allí estaban, la puerta y el guardián, el guardián y la puerta…» El relato corto de Franz Kafka, Ante la ley (1915), de marcado tinte existencialista, es el punto de partida sobre el que se desarrolla este monodrama para voz y percusión. La soprano, a la manera de un cuentacuentos tradicional, da vida a todos los personajes de la obra mientras el percusionista dialoga, complementa o aporta color tímbrico. Evangelista encontró su inspiración para este proyecto, escrito por encargo de la soprano Pauline Vaillancourt y el percusionista Julien Grégoire, a través del teatro popular coreano.
El pansori es un género tradicional propio de este país asiático, en el que una voz femenina cuenta y canta narraciones acompañada por un percusionista que la interpela con un tambor, denominado buk. Esta influencia escénica, aunque no específicamente musical, da lugar a una de las piezas más interpretadas de Evangelista tanto en Canadá como en Francia. En nuestro país, fue estrenada el pasado mes de septiembre en el marco del festival Ensems de Valencia.
La selección de cuentos escogidos para esta ocasión está enmarcada por la trama principal representada por el guardián que protege la infranqueable puerta, impidiendo el paso de un campesino. Las historias que hoy escucharemos fueron adaptadas por Alexis Nouss a partir de cuentos populares procedentes de diversos países del mundo. La porte constituye en sí misma un viaje musical que ejemplifica la diversidad cultural que impregna toda la obra de José Evangelista.
Joan Pons Carrascosa