CONCIERTO
Iñaki Alberdi (acordeón)
Interpreta obras de Johan Sebastian Bach, Abel Paúl, Josquin Desprez, Mikel Urquiza, Tomás Luis de Victoria, Gabriel Erkoreka y Francisco Domínguez
Ciclo XI Ciclo de Conciertos de Solistas Fundación BBVA 2019-2020 PluralEnsemble
15
FEB
2020
XI Ciclo de Conciertos de Solistas Fundación BBVA 2019-2020 PluralEnsemble
Iñaki Alberdi (acordeón)
Interpreta obras de Johan Sebastian Bach, Abel Paúl, Josquin Desprez, Mikel Urquiza, Tomás Luis de Victoria, Gabriel Erkoreka y Francisco Domínguez
15 FEB 2020
PROGRAMA
Johann Sebastian Bach (1685-1750)
Die Kunst der Fuge, BWV 1080
Contrapunctus I
Abel Paúl (1984)
Rastro y Fantasma*
Josquin Desprez (c.1440/55-1521)
Ile fantazies de Joskin
Mikel Urquiza (1988)
Un lugar de Nueva Inglaterra en el que nunca he estado*
Tomás Luis de Victoria (c.1548-1611)
Domine, non sum dignus
Gabriel Erkoreka
Basalt*⁺
Johann Sebastian Bach
Die Kunst der Fuge, BWV 1080
Contrapunctus X
Francisco Domínguez (1993)
Eco de las noches*
* para acordeón microtonal
⁺ estreno absoluto
INTÉRPRETES
NOTAS AL PROGRAMA
Iñaki Alberdi es figura capital en el proceso de la definitiva entrada del acordeón en el ámbito de los conciertos de la llamada «música clásica» o «música culta» que se viene produciendo en los últimos decenios. Lo es por su calidad de intérprete, por su eficiencia para adaptar a su instrumento partituras nacidas con otros destinos, por su labor docente y formadora y, quizá ante todo, por su disposición al estreno y por su capacidad para motivar a los compositores a enriquecer un repertorio para el acordeón que poco a poco va adquiriendo volumen y peso específico, pues cuenta ya con considerables obras maestras.
He aquí una nueva propuesta de concierto en la que Alberdi hace convivir la música del presente con la del pasado lejano, un planteamiento que practica con resultados sorprendentemente atractivos para la escucha y, además, aleccionadores. Así, hoy disfrutaremos de cuatro espléndidas piezas muy recientes (una de ellas, la que se estrena, concluida el mes pasado) y las cuatro motivadas y estrenadas por el intérprete, que aparecerán intercaladas entre cuatro maravillas de otros tantos maestros de la historia: una fantasía de Josquin Desprez, músico francoflamenco destacadísimo en el primer tramo del Renacimiento europeo; un motete (Domine, non sum dignus) del más trascendente compositor español de polifonía religiosa, Tomás Luis de Victoria, ya del tramo final del Renacimiento; y dos Contrapunctus extraídos de El arte de la fuga de Johann Sebastian Bach, obra en la que el Cantor expuso su enciclopédico saber en torno al procedimiento compositivo y a la técnica del contrapunto.
La trayectoria de Abel Paúl —nacido en Valladolid en 1984— es ciertamente internacional: estudió en el Conservatorio de Ámsterdam y en la Universidad de las Artes de Berlín, doctorándose después en la Universidad de Huddersfield (Reino Unido). Su música igualmente ha conocido una difusión internacional desde el comienzo de su carrera, pues está presente en importantes foros concertísticos y ha interesado a conjuntos, solistas y directores de toda Europa.
Su obra Rastro y Fantasma data de 2017 y fue estrenada por Iñaki Alberdi en la Fundación Juan March de Madrid, el 4 de abril de 2018. Utiliza el acordeón microtonal con evidente interés por crear ámbitos sonoros nuevos y sugestivos, con el resultado de una expresividad atractiva y distinta. La pieza incorpora sonidos electroacústicos pregrabados, los cuales vienen a enriquecer el espectro tímbrico del acordeón sin la menor pretensión de «dialogar» con el instrumento. En el programa de mano del concierto del estreno, Stefano Russomanno comentaba que «el fantasma se define como elemento liminal, un espacio fronterizo entre dos cosas», y concluía explicando muy bien la intención del compositor: «Rastro y Fantasma representa esta frontera entendida no como un espacio lineal y de separación, sino como un borde difuso que va adelgazando o ensanchando, y en el que es posible habitar».
El compositor y acordeonista bilbaíno Mikel Urquiza se formó como compositor en Musikene (San Sebastián), donde trabajó con Gabriel Erkoreka y Ramon Lazkano, y amplió estudios en Estrasburgo con Andre y en el Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza de París con Pesson. En 2015 residió en Villa Medici, en la Academia de Francia en Roma. Su música se ha escuchado en salas de concierto fundamentales de Ámsterdam, Viena, París, Madrid, Nueva York, Lucerna…
El simpático título de su obra —Un lugar de Nueva Inglaterra en el que nunca he estado— constituye una referencia explícita a su admirado Charles Ives y a su partitura orquestal Three Places in New England (Tres lugares de Nueva Inglaterra). Aquel genial visionario que fue Ives tituló otra de sus obras como Tres piezas en cuartos de tono, y Mikel Urquiza admira en ella la naturalidad con la que Ives emplea los cuartos de tono, no como una novedad abstracta, sino como algo que puede dialogar con lo ya existente. Por supuesto, nuestro compositor contempla aquel uso pionero de los cuartos de tono por parte de Ives al escribir para el acordeón microtonal de Alberdi esta obra en la que, según ha declarado, utiliza los cuartos de tono «de forma más expresiva que combinatoria». Se trata de una pieza breve y concisa, de muy bella y sutil sonoridad, que fue estrenada por Iñaki Alberdi el 4 de abril de 2018, en el mismo concierto antes referido.
Entre colegas tan jóvenes, el bilbaíno Gabriel Erkoreka aparece como un valor consagrado de nuestra creación musical y en momento de espléndida madurez. Los nombres de Bernaola, Cordero, Ligeti, Berio, De Pablo… figuran entre sus maestros y referentes.
En 1995 acudió a la Royal Academy of Music de Londres, donde amplió estudios y donde él mismo ha ejercido después la enseñanza en una carrera docente repartida entre Inglaterra y España: en su clase de Composición de Musikene se ha formado ya una notable promoción de jóvenes compositores entre los cuales están dos de los que son interpretados en este recital.
Basalt, para acordeón microtonal, recibe hoy su estreno absoluto y hemos pedido a Erkoreka unas líneas de presentación de su nueva obra: «El basalto es una roca ígnea de color negro oscuro. En la obra es la propia sonoridad la que se convierte en materia abstracta, la cual discurre lentamente, como un río incandescente de lava basáltica que fluye sinuoso hasta su progresiva petrificación, adquiriendo caprichosas formas geométricas. Vienen a la mente sorprendentes formaciones basálticas como las columnas prismáticas de Los Órganos en la isla de La Gomera. Tras la erupción volcánica, la superficie de roca fundida, que desprendía un brillo rojizo y vaporoso, va ennegreciéndose progresivamente. Esa inquietante transformación se traduce en movimientos de clusters derretidos que son interrumpidos bruscamente por silencios, creando enigmáticos paisajes sonoros. En Basalt, el manual derecho del acordeón (en cuartos de tono) plantea fricciones y batimentos acústicos con el manual izquierdo (temperado). Distorsiones que encapsulan un sueño viscoso cercano a la música electrónica, con lentas variaciones de frecuencia y de densidades de la masa sonora, enriquecida con espectros que van desde la oscuridad del grave hasta extinguirse en el agudo».
Francisco Domínguez nació en Ciudad Real en 1993. Se ha formado en Musikene como violista y como compositor, materia esta en la que ha tenido como principal guía a Gabriel Erkoreka y Ramon Lazkano. Ha recibido enseñanza también de Beat Furrer y ha asistido a masterclasses de otros compositores como Lachenmann, Parra, etc. Su juvenil y prometedora carrera, jalonada por varios premios en concursos de composición, incluye alguna obra escrita para acordeón y, la que hoy vamos a escuchar, Eco de las noches, la dio a conocer Iñaki Alberdi en San Sebastián en octubre de 2017.
Declara el compositor que esta pieza fue motivada por una canción de Estrella Morente —la soleá titulada La noche— y que, en las ricas posibilidades sonoras del acordeón, vio la posibilidad de recrear «una mezcla de tablao flamenco, guitarra y cante». No menciona expresamente el baile, pero se supone que está presente en el tablao y, desde luego, parece evocado por la música en determinados gestos sonoros, desde el golpe del pie contra el suelo que repetidamente da el acordeonista, hasta el arrebatado final de la obra. En un curso muy libre, se van sucediendo efectos —rítmicos, melismáticos, percutivos…— que de una manera u otra remiten al ámbito sonoro y expresivo del flamenco. Hacia el centro de la composición se da una cita desfigurada de la canción inspiradora. Pero, siendo cierto todo esto, en su Eco de las noches, Domínguez ha acertado a dar una música brillante y comunicativa que no necesita ser «explicada»: puede perfectamente captar a públicos sin información previa de sus motivaciones o alejadísimos de la estética del flamenco.
José Luis García del Busto