Las Sonatas y partitas para violín solo de Johann Sebastian Bach constituyen un hito del repertorio para el instrumento. Bach comenzó a escribirlas en Weimar alrededor de 1703 y finalizó el ciclo completo en torno a 1720, cuando era maestro de capilla en la corte de Anhalt-Köthen, etapa en la que se sumergió por completo en la escritura de música instrumental y de la que proceden también, entre otras obras maestras, las seis Suites para violonchelo solo.
Uno de los aspectos que mayor admiración levanta entre los expertos en Johann Sebastian Bach es su amplio conocimiento de las tendencias internacionales en la composición de su época, a pesar de que nunca viajó más allá de la zona geográfica comprendida entre Leipzig y Hamburgo. Sus obras en estilo francés constituyen uno de los capítulos más compactos dentro de su catálogo de música para teclado.